Soy una mujer de 48 años sobreviviente de abuso sexual infantil, más consiste que nunca que se puede vivir sin culpas, sin traumas, sin miedo, sin dolor.Soy Feliz esposa de un ser humano maravilloso y Madre de 4 maravilloso hijos. Hija, hermana, nuera, cuñada, concuña y amiga cercana. Una mujer muy bendecida. Mi historia comenzó cuando yo tenía 7 años aproximadamente, una persona que trabajaba en casa abuso de mi.Me cuesta trabajo recordar muchos episodios, los tengo borrados pero no es importante para la finalidad de este testimonio dar detalles del abuso si no más bien quisiera enfócame en dar detalles de mi proceso de Sanasion!. Todo empezó en la pandemia, creo firmemente que a los que nos tocó vivirla diremos que fue un antes y un después en nuestras vidas. Pero allí durante el confinamiento dentro de la incertidumbre, el miedo, la inestabilidad etc, etc empecé a cuestionar muchas sensaciones y comportamientos en mi, en mi afán por encontrar paz, liberar de mi persona algo que no sabía con seguridad en ese momento que era, pero que venía quitándome mi paz, algo que me hacía sentir enojada, frustrada, molesta, triste y muchas más emociones que pude experimentar. En mi afán por encontrar que me pasaba acudí a una persona, una profesional que me pudiera ayudar. Ella abrió mi caja de Pandora, me planteó esa oscura realidad de la que no me quería hacer consiente, la que había vendió evadiendo, escondiendo, ocultando. Y ella me recomendó terapia psicológica. Dios me ama tanto que puso en mi camino a Fundacion el Roble, siempre me he sentido una consentida de Dios, esta vez no fue la excepción y allí Desde mi primera terapia con ella, me di cuenta que había llegado gaD al lugar indicado. Y totalmente así fue! Gracias por acompañarme en mi proceso, gracias por que hoy puedo decir que se puede vivir sin esa culpa, sin ese miedo, sin esas dudas, sin esos traumas. Mi proceso de Sanasion consiente aquí empezó. Una vez un sacerdote me platico este claro ejemplo de mi proceso. Me dijo haz de cuenta que tú estás en la guerra y te hirieron en un brazo y no hay un hospital cerca ni nadie que pueda ayudar a curarte, entonces decides vendar la herida fuerte para esperar a llegar al lugar y al momento adecuado para sanarla. Cuando llega el momento y la persona indicada para ayudarte, destapas la herida, va a doler muchísimo!! puede que se haya infectado osea que habrá que limpiarla bien, repasarla fuerte y eso dolerá aún más, dolerá mucho pero una vez que empieza a sanar empieza a cicatrizar y con eso el dolor empieza a disminuir hasta que ya no duela y solo quedará la cicatriz. Así tal cual fue lo que a mi me pasó, Dios permitió poder vendar mi herida para poder crecer y vivir cosas que quería y tenía que vivir, fortalecerme en otras para cuando llegará el momento de voltear a ver la mancha negra en mi pared blanca fuera solo eso, y empezar a verlo desde esa perspectiva. Así me lo dijiste el primer día que te conocí Lic. por zoom y nunca se me va a olvidar esa frase. No solo me acompañaste en el proceso también me ayudaste a encontrar respuestas, y experimentar sentimientos que necesitaba experimentar. A enfocarme en mis fortalezas y validar mis virtudes, a reconocer mis capacidades y minimizar mis carencias a darme cuenta que si podía. Recuerdo en especial una terapia donde te platiqué el día que me arme de valor a los 19 años y le quise platicar a mi mamá lo que me había sucedido, te dije que al empezar a contarle mi mamá se puso de pie y se fue del lugar diciéndome eso no pasó, eso no pasó. Que eso me había dolido igual o más que los abusos. Que me quede esperando un abrazo solidario que me contuviera en esos momentos, abrazo que no llego. Tú me contestaste, el día que te conozca en vivo yo te voy a dar ese abrazo. Y así fue, hace poco que te visite en este centro maravilloso, me diste una abrazo largo lleno de tu cariño, pero también de tu solidaridad, de tu acompañamiento, de tu admiración, de tu sentir. Fue un abrazo tan lindo y sentido, el que tanto había esperado y necesitado. Gracias Lic. me abrazaste desde el día uno y lo sigues haciendo. Para terminar esta carta quisiera decirles a las y los sobrevivientes como yo que los abrazo con todo mi corazón que se que el proceso es difícil pero vale la pena, vale la pena buscar esa paz que tanto necesitamos.A las personas que con sus aportaciones hacen posible que exista un fundacion como el Roble, gracias de corazón, por qué gracias a ustedes existe este lugar de esperanza para todos los que como yo, necesitamos de esto para poder sanar, para poder vivir, para seguir luchando y experimentando cada vez más paz, más dicha más plenitud! Gracias a las personas que trabajan para esta fundación, que hermoso poder ser parte de ésto, tantos corazones serán sanados aquí! Por último quiero dar gracias a Dios , que permitió que la suma de todo lo anterior mencionado haya hecho posible que hoy me pueda levantar, voltear atrás para tomar impulso y seguir adelante!!