Todas las cosas que me han pasado el abuso sexual o otros abusos durante mi vida o crisis de la enfermedad de mi mamá, me han ayudado a ir madurando como persona y no quedarme en lo negativo que lo es, en vez de volverme una víctima eterna , he tomado eso lo he aceptado, me ha ayudado como mujer, como instrumento de ayuda para los otros, no me quedo en el punto negro sino saco una lección de ahí en mi vida, irme liberando de ataduras que no me permiten perdonar y amar. Antes de empezar las terapias, soñaba con fuerza con los abusos con todo el recuerdo de lo que viví, el que no me creyó mi mamá, ahora lo miro, lo acepto con dolor y lo convierto en una oportunidad para crecer.